viernes, 23 de marzo de 2012

Opio o Apio

El opio es una droga analgésica narcótica que se extrae de las cabezas verdes de la adormidera (Papaver somníferum). La adormidera (parecida a una amapola), es una planta que puede llegar a crecer un metro y medio y con flores blancas,violetas o fucsia. 

Para la extracción de los principios activos se utiliza el método Gregory, recogiendo toda la planta, excluyendo raíces y hojas (paja de adormidera), triturándola y diluyéndola en ácidos, tratándola después con un proceso ácido/base, este método fue creado en el  durante la Segunda Guerra Mundial. 
El opio se extrae realizando incisiones superficiales en el opecarpo de las cabezas de la adormidera todavía verdes y unos días después de caerse los pétalos de las flores. 
Los cortes exudan un látex blanco y lechoso, que al secarse se convierte en una resina pegajosa . Esta resina se raspa de las cabezas obteniéndose así el opio en bruto, al dejar secar este durante más tiempo se convierte en una piedra más oscura y cristalina a la vez que pierde agua y gana en , debido a la concentración de alcaloides. 
Opio en Bruto 
La flor de la pereza:

Una vez seca la planta, las cabezas contienen miles de pequeñas semillas redondas de un tamaño un poco menor que huevas de esturión, estas si se cuecen en infusión proporcionan un estado de  similar al del opio en látex. 


Algunos testimonios 
Para Jean-Louis  la iniciación al opio no fue muy agradable: 
Obtuve los mismos resultados en mis dos primeras experiencias: náuseas, vómitos, dolor de cabeza seguido de sueño pesado, y al día siguiente un despertar desagradable... Según opinión de los grandes fumadores, hay que saber superar el estado preliminar, acostumbrar el organismo a la droga a fin de poder saborear los beneficios del "ídolo negro"... Jean Cocteau aconsejaba acercarse al opio como "conviene acercarse a las fieras: sin miedo", y sostenía que el mayor peligro estaba en fumar "contra un desequilibrio". En verdad el opio es una de las drogas menos peligrosas. 
En la obra “The secrets of the mind-altering plants of Mexico”, un consumidor anónimo relata: 
Si voy a transmitir la sensación producida por el opio, la describiré en términos de una  con la que otros estén familiarizados. Imagínate a ti mismo en el campo o en los pastizales en una tarde calurosa y relajada de verano. Por el momento, estás descansando a la sombra, y te concentras en nada que no sea el zumbido de un avión, lejos, arriba lejos de ti. Ocasionalmente, este sonido es interrumpido por el sonido distante de pájaros e insectos. Tú estás relajado y complacido, y los monótonos sonidos y el clima caliente te producen efectos hipnóticos.

No deseas moverte de donde estás; ni siquiera deseas pensar. Así es el opio. La sensación es bastante similar. Si tienes hambre, olvidas que tienes hambre. Si estás deprimido, tu depresión se transforma en una complacencia tranquila. Después de tomar opio entras y sales de un ensueño. No te duermes, pero de ninguna manera estás cabalmente despierto. Es como si estuvieras suspendido en una suerte de "zona intermedia" ["twilight zone"] entre el sueño y la vigilia. Nada importa, y todo está bien. (13)Estas experiencias coinciden bastante con el estereotipo del consumidor pasivo de los fumaderos cinematográficos, sin embargo, en sus célebres Confesiones de un opiómano inglés, Thomas de Quincey dice que el opio (que consumía en forma de tintura) no lo llevaba a buscar la soledad "y mucho menos la inactividad, o el estado de torpeza y autoinvolución atribuido a los turcos." Al comparar al alcohol con el opio, sostiene que: 

El placer causado por el vino va siempre en asenso y tiende a una crisis, tras la cual desciende; el del opio, una vez generado, se mantiene estacionario durante ocho o diez horas [...] 
Pero la distinción fundamental radica en que mientras el vino desordena las facultades mentales, el opio, por el contrario -si se toma en forma adecuada-, introduce en ellas el más exquisito orden, legislación y armonía. El vino le roba al hombre la autoposesión; el opio la refuerza enormemente. El vino turba y nubla el juicio y da un brillo preternatural y una exaltación vívida a las admiraciones y los desprecios, los amores y los odios del bebedor; el opio, por el contrario, los aquieta y restablece el juicio [...] la expansión de sentimientos más benignos propia del opio no es ningún efecto febril, sino una sana restauración de ese estado que la mente debería recobrar naturalmente con la eliminación de cualquier irritación profunda y del dolor que la hubiese turbado enfrentándose a los impulsos de un corazón originalmente justo y bueno [...] En suma, por decirlo en una palabra, el hombre ebrio está y siente estar en una condición que da la supremacía a la parte meramente humana, y con frecuencia a la parte brutal, de su naturaleza, mientras que el que toma opio siente que la parte más divina de su naturaleza es la que manda; es decir, que los efectos morales se encuentran en un estado de serenidad sin nubes, y la gran luz del intelecto majestuoso domina todo." 


A nivel físico, el opio provoca una disminución de la temperatura y el ritmo de funcionamiento corporal, contracción de las pupilas y estreñimiento. El consumo inmoderado ocasiona mala asimilación de los alimentos, trastornos digestivos e insuficiencia hepática; y en casos graves de abuso reiterado: insuficiencia respiratoria, congestión pulmonar, asma o angina de pecho. No existe ningún reporte sobre posibles daños genéticos en bebés cuyos padres consumen opio habitualmente. 


¿Qué hacer en caso de emergencia? 
Un connotado usuario de drogas afirma que para combatir la depresión del sistema respiratorio provocada por una dosis excesiva de cualquier opiáceo, la cafeína, la anfetamina y la cocaína son buenos remedios inmediatos (9). De acuerdo a fuentes médicas, el mejor tratamiento de la sobredosificación o sospecha de sobredosificación es la naloxona (Narcan®) que funciona como antagonista de los opiáceos, en dosis de 0.4 mg por vía intravenosa. Si se ha tomado una sobredosis los resultados son espectaculares y ocurren a los dos minutos.


La Experiencia de una tipa que probó… 


“Probé el opio quizá con bastante expectativas en mente respecto a sus efectos. Me atraía mucho lo que escribió en Opio: el diario de un adicto Jean Coacteau: 
El decir a un fumador en estado continuo de euforia que se está degradando equivale a decirle a un pedazo de mármol que está siendo deteriorado por Miguel Ángel, a un pedazo de tela que está siendo manchado por Rafael, a una hoja de papel que está siendo emborronada por Shakespere o al silencio que está siendo interrumpido por Bach. 
La verdad es que con tan altas expectativas el opio no pudo más que defraudarme. Después de un breve periodo de náusea, simplemente me sentía demasiado tranquila, demasiado relajada, tanto que no tenía ganas de hacer o de pensar nada, sino simplemente yacer quieta allí donde estaba. Lo cual está bien para una tarde o dos, pero encuentro altamente aburrido pasar el tiempo así. 
Me gusta que una droga altere mis percepciones para tener sensaciones, imágenes, ideas y/o estados qué explorar, o sea, que me aporte materia prima para pasármela bien y sobre la cual crear una aventura vivencial o de reflexión. Definitivamente el opio no me dejó nada, no me pareció ni bueno ni malo, simplemente no me dejó nada que encontrase interesante. Mi idea de diversión no tiene nada qué ver con echarme cómodamente en un diván a ver pasar la vida. La simple idea me da pereza. Tla vez en la vejez, como recomendaba Avicena...” 
Fuente 
“La Religión es el Opio de los Pueblos” Karl Marx



Heroes del Silencio – Opio 
Es el opio la flor de la pereza
Hasta que llego a ser sólo existencia
El humo de leche muge lento
Extendiendo el sabor del universo
El que nada hace nada teme
Y de terrenal sabrás lo celeste
Un oscuro derecho a la delicia
Será un sueño o será mentira 
ESTRIBILLO
Las cosas más triviales se
Vuelven fundamentales
Eliminando los moldes del azar
Como se agita el viento
Sin alimento
Escucha mi canto abierto
De par en par 
Es el opio la flor de la pereza
Hasta que llego a ser sólo existencia
El humo de leche muge lento
Extendiendo el sabor del universo
Replegado en la madriguera
Como un animal acosado
Bajo el efecto de la adormidera
Y el peso de mis pestañas 
ESTRIBILLO
Las cosas más triviales se
Vuelven fundamentales
Eliminando los moldes del azar
Como se agita el viento
Sin alimento
Escucha mi canto abierto
De par en par 
Esquirlas de aire
Arcano indescifrable
En el jardín de mis delicias
Pertenezco a la brisa
Inhalo la niebla
Que flota en el Ganges
Es aceite de incienso
Nos servirá de consuelo 
ESTRIBILLO
Las cosas más triviales se
Vuelven fundamentales
Eliminando los moldes del azar
Como se agita el viento
Sin alimento
Escucha mi canto abierto
De par en par




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